La revolución del amor propio. Por Victoria Mendoza

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Muchas religiones refuerzan el concepto de amor propio asociado a una modestia que, mientras más cerca esté de la negación, suena mejor. Dicen otros que el exceso de este se puede convertir en vanidad, pero,

¿es la vanidad, en efecto, contraria a la moral, al respeto, al mismo amor propio?

En estos últimos meses he descubierto con timidez pero con decisión que soy deliciosa. No soy el estándar de la belleza social y me gusto. Cada uno de mis gestos, mi cabello rebelde y mis piernas largas como puentes. Me gusto y me gusta mirarme a los espejos, cuando camino sola me acompaño de mí misma, de música, de beats que coinciden con los tacones de mis zapatos.

Me gusta caminar sola, ir moviendo la espalda, los hombros, como si mi mente siguiera reproduciendo los ejercicios de relajación. Voy sonriéndome en las vitrinas, imaginando que soy la protagonista del vídeo de la canción que suena, enumerando cosas que tengo que hacer, que debo comprar. Estoy consciente, estoy enfocada, sé que algunas son zonas de peligro, sé que quizás si sonrío demasiado algunos hombres en la calle pueden pensar que les sonrío a ellos.

Algunos creen que tienen derechos sobre mi cuerpo y sobre mi forma de andar, de imaginar, entonces empiezan a decir cosas cada vez más desagradables y mi mecanismo de defensa se activa,

cargo conmigo un llavero de puño de acero que empuño con más fuerza mientras siento cómo mis piernas se entumecen y avanzan mecánicas,

intencionalmente me torno tosca, imito como una mona “maneras masculinas” (y lo escribo entre comillas porque sé que eso también se les fue impuesto), camino como un macho recién nacido, torpe, deshecha en nervios tratando de disimular hasta llegar a casa porque a pesar de todo, siempre aparece un comentario diferente.

Esa interacción se trata de poder, no es romántica, no es galante. Es humillante y trata de degradarnos, de hacernos sentir menos, de hacernos sentir miedo por ser mujeres, por expresarnos como mujeres y por no hacerlo, también.

El amor propio es una revolución que nos quieren impedir, nos quieren hacer sentir culpa por amarnos, por disfrutar nuestros cuerpos en la forma en la que decidamos hacerlo. Quieren controlar nuestra magia y nuestra fuerza.

Re-evoluciona, ámate, sé tú, sé diferente, sé igual, sé lo que quieras, mientras tú quieras. Pero no bajes la guardia, porque para que podamos hacerlo libremente, primero tendremos que alzar la voz.

Momento, ¿voy a observar con un telescopio?

Como les conté en mi última entrada, empecé el doctorado en Octubre 2015, en Países Bajos; en el Instituto Holandés de Investigación Espacial (SRON, por sus siglas en inglés) y la Universidad Radboud de Nijmegen. Alrededor de Diciembre 2015, mi jefe me informó que en Enero 2016 una amiga y yo debíamos viajar a La Palma, al Observatorio Astronómico del Roque de los Muchachos.

No podíamos creer nuestros oídos. ¡Debíamos viajar para ir a observar en el Telescopio William Herschel (WHT, por sus siglas en inglés)! En primer lugar, ninguna de las dos teníamos experiencia observando en un telescopio de esa magnitud. Claro, yo tuve un telescopio cuando era niña, y en mis años de universidad utilicé telescopios ópticos, pero jamás en la vida había utilizado un telescopio de 4 metros de diámetro.

Mi jefe nos dijo que viajaríamos con un compañero que tenía experiencia observando con el WHT. Básicamente seríamos entrenadas por él. Teníamos 3 noches (Enero 25-26-27) para observar algunos objetos que luego yo debía analizar (y que ahora forman parte del artículo científico que pronto publicaré).

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La Palma, Islas Canarias.

Recuerdo que llegamos a La Palma un sábado (Enero 23), lo cual nos daba 2 días para explorar la isla. Fue increíble estar en un lugar donde el idioma local era el español, ¡finalmente! La Palma es preciosa, tiene un clima tan parecido a la Ciudad de Guatemala, la verdad es que yo ¡estaba en mi salsa! (como decimos los guatemaltecos). A pesar de ser Enero, tuvimos temperaturas de 20-21 grados.

El lunes 25 de Enero subimos al observatorio, que está en la cima de la montaña, a una altura de 2,000 metros. ¡Ahí sí es súper frío! Francesca (mi amiga) y yo no teníamos ni idea de lo que nos esperaba. Al subir la montaña, que nos tomó alrededor de 45 minutos en el carro, vimos uno de los paisajes más lindos que he visto. Recuerdo lo emocionadas que estábamos al ver asomar desde lejos el primer telescopio. Seguimos subiendo la montaña y más telescopios se revelaron.

Al final llegamos a la residencia del observatorio, donde los astrónomos que observan en los telescopios pueden comer y dormir. Nos llevaron a nuestras habitaciones, preparadas especialmente para que pudiéramos dormir de día, pues en la noche íbamos a estar en el telescopio. Nada podía explicar la alegría que emanábamos Francesca y yo.

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Complejo de telescopios en el Observatorio.

Al dar las 4 pm subimos al Telescopio William Herschel, que queda a unos 10 minutos en carro desde la residencia. El telescopio está en un pequeño edificio de 3 pisos. Al entrar nos dieron un pequeño tour del edificio. Está equipado con una cocina para que los astrónomos puedan comer durante las largas noches de observación. Cuando llegamos al cuarto de control del telescopio, nos explicaron que el telescopio es manejado principalmente por el Operador de Telescopio (que estaría con nosotros toda la noche).

También teníamos a un Astrónomo de Soporte para enseñarnos a Francesca y a mí los comandos básicos para usar el telescopio, para calibrar los detectores, etc. Al finalizar esta pequeña introducción, bajamos a la residencia para cenar y tomar nuestros snacks (que nos mantendrían despiertas toda la noche).

Como ya mencioné, era Enero, lo que significa noches LARGAS. No les miento, trabajamos desde las 6:30 pm hasta aproximadamente las 8:00 am. Es un trabajo larguísimo, cansadísimo, pero ¡increíble! De 8:30 am a 4:00 pm podíamos dormir y asearnos, pues debíamos volver a subir al telescopio a calibrar otra vez, luego a cenar para empezar a observar a las 6:30 pm como la noche anterior.

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Tres de las 6 computadoras que utilizamos en el cuarto de control.

Tres noches repetimos este patrón. No les miento, a la tercera noche estábamos que ya no podíamos más. Creo que nunca había tomado tanto café como en esos días, ¡de lo contrario no se sobrevive! Sin embargo, el hecho de poder ver un cielo tan claro y sin contaminación lumínica lo vale. También tuve la oportunidad de estar dentro del domo del telescopio y ver cómo se movía (!!!).

Con este entrenamiento de 3 noches, ya estábamos listas para observar por nuestra cuenta. A mí me tocó observar sola en Marzo 2016 y a Francesca en Abril 2016. Ahora estoy esperando ir nuevamente a La Palma en Enero 2017 y ¿saben algo? ¡Estoy demasiado emocionada! Sí, también tendré noches largas, pero créanme que vale la pena.

Al estar dentro del cuarto de control utilizando el telescopio no podía creer mi suerte. Estaba en un lugar que muy pocas personas pueden visitar, haciendo lo que siempre quise (utilizar un telescopio de esa magnitud) y ¡me estaban pagando por ello! Créanme que estoy muy agradecida de esta increíble oportunidad que se me ha dado. Debo agregar que Brian May (guitarrista de Queen) también observó en ese mismo telescopio mientras hacía su doctorado (!!!).

Ahora me tomaré un descanso y escribiré mi siguiente entrada después que regrese de La Palma. Por el momento, estén atentos porque es probable que comparta un video que tomaré en La Palma donde les enseñaré el observatorio.

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Creo que no necesito explicar esta imagen 😀

¿Qué hago después de la maestría? ¡Pues el doctorado!

 

Mi última entrada se trató sobre cómo logré estudiar la maestría; esta vez les contaré cómo logré entrar al doctorado. Recuerdo que la primera aplicación a un programa de doctorados la hice en Noviembre 2014, cuando aún cursaba mi tercer semestre de la maestría, en Göttingen (Alemania). Apliqué al doctorado en la Universidad de Heidelberg (también en Alemania), pero no me aceptaron.

Supuse que era muy temprano para aplicar, así que esperé un poco, y al llegar Abril-Mayo 2015, me enfoqué de nuevo a aplicar. Escribí alrededor de 10 aplicaciones, todas en universidades europeas, pues sabía que quería continuar mis estudios en este continente. Si soy totalmente honesta, no tenía muchas esperanzas, pues no tenía ningún artículo publicado.

De las 10 aplicaciones que hice, de la mitad ni siquiera tuve respuesta. Nada. Ni siquiera diciendo «la posición ya está tomada, gracias por participar»… De las otras 5, aquí les tengo la historia. Dos respondieron desde el principio que «muchas gracias por el interés, pero usted no logró pasar a la segunda ronda de selección». Esto dejó mis chances en 3 aplicaciones (Garching, Alemania; Lund, Suecia; y Utrecht, Países Bajos).

Alrededor de Junio-Julio recibí respuesta de estas 3 aplicaciones. ¡Respuestas positivas! Estos tres institutos estaban interesados en darme una entrevista. Uno de los institutos era el Instituto Max Planck para Astrofísica. Créanme, leí el e-mail varias veces para estar segura que no había algún error, que no había entendido mal. Me pidieron dar un seminario-entrevista en el Max Planck, y en los otros dos institutos (Universidad de Lund en Suecia y SRON/RU en Países Bajos) me dijeron que una entrevista por Skype bastaba.

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En la conferencia EWASS, donde conocí a quien sería mi actual jefe.

A finales de junio asistí a mi primera conferencia científica, sólo como asistente (es decir, no presenté ningún poster ni nada) gracias a mi asesora de tesis, Profesora Francine Marleau. Esta conferencia era en Tenerife, y es la conferencia europea más grande: Semana Europea de Astrofísica y Ciencia Espacial, EWASS por sus siglas en inglés (http://eas.unige.ch/EWASS2015/ ).

Al leer el programa de esta conferencia, me di cuenta que uno de los conferencistas era el profesor de Países Bajos con quien tenía una entrevista en Skype. En ese momento, esta entrevista estaba calendarizada para una semana y media después. Confieso que entré en pánico, los que me conocen podrán imaginar lo estresada que estaba (!!!).

Me propuse encontrar a este profesor y presentarme personalmente. Después de 3 días de estar leyendo la identificación de cada persona (no les miento ni exagero), descubrí quién era el profesor. Asistí a su conferencia y al finalizar, tomé valor (claro, tenía las manos más frías que el hielo) y me presenté. Hablamos alrededor de 10 minutos, la verdad me pareció una persona muy amable y accesible.

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El grupo de Innsbruck con el que fui a EWASS, en el centro, mi supervisora de tesis de maestría, Prof. Francine Marleau.

Una semana y media después, tuve las dos entrevistas en Skype. Casi inmediatamente recibí una respuesta negativa de Suecia. Unos días después, (y recuerdo exactamente la situación: estaba comiendo en una reunión anual que tenemos los estudiantes del programa AstroMundus) recibí un e-mail que leía «Hola Kristhell, nos gustaría ofrecerte la posición de doctorado en SRON/RU».

WOW. Sólo WOW. No les miento, no había recibido tan buenas noticias desde que me ofrecieron la beca AstroMundus. Pedí tiempo para pensarlo, pues aún tenía la entrevista-seminario en Max Planck. Esta entrevista también fue bien; aunque al final, elegí ir a SRON/RU: Instituto Holandés de Investigación Espacial/Universidad de Nijmegen.

¡Mi sueño cada vez se volvía más realidad! Para los que no saben, en Astrofísica, tener una maestría no basta. El doctorado es MANDATORIO, así que pueden imaginarse la felicidad que sentía al saber que mi sueño de convertirme en una astrofísica estaba cada vez más cerca. En SRON me esperaban el 1 de Octubre para empezar a trabajar.

Sí, nuevamente a cambiarme de país, pero ¿saben algo? Cuando un@ deja su país de origen, moverse de país en país es algo más fácil, pues al final, ningún lugar es tu hogar realmente. Suena triste, lo sé, pero ésta es la vida del astrofísico: un eterno nómada.

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El parque de la reina Guillermina, en Utrecht, en otoño.

Actualmente vivo en Utrecht (unos 30 minutos al sur de Amsterdam), ya llevo 1 año y 2 meses en mi doctorado, y estoy en trámites de publicar mi primer artículo científico. Ya he ido a observar en el telescopio 2 veces y ya presenté mi trabajo en 2 conferencias internacionales. Muchísimo ha cambiado desde el año pasado y este año. Ha sido un año extremadamente bendecido. Sin embargo, más de esto en mi siguiente entrada.

La beca que me cambió la vida

Como lo prometido es deuda, aquí les sigo contando mi aventura hacia la Astrofísica. Era el año 2012, en el cual empecé a aplicar a 4 programas de becas para estudiar Astrofísica: uno para estudiar en Estados Unidos y 3 para estudiar en Europa. A finales de ese año me dieron respuesta del programa para Estados Unidos. A pesar de haber tenido las notas más altas, era imposible darme la beca a mí pues los fondos no podían ser destinados a una carrera que no era «útil» para mi país.

Debo admitir que esto me cortó la ilusión. La beca a la que había aplicado era para países en desarrollo, en teoría, era perfecta para mí, para una guatemalteca. Aunque en ese momento no lo veía así, este rechazo fue lo mejor que me pudo haber pasado, pues hizo que volteara la vista a Europa. Inicialmente no quería estudiar ahí pues era demasiado lejos de mi casa, y yo quería estar en el país del MIT y de la NASA.

La segunda beca a la que apliqué era para estudiar en España, pero también me rechazaron. La tercera beca no era del todo beca, sino un programa de préstamos de mi país: Guatefuturo. El requisito era estar aceptado en una universidad europea, que en mi caso era la Universidad de Turku en Finlandia. Si después de estudiar la maestría regresaba a Guatemala, debía pagar únicamente el 60% de lo que Guatefuturo me había prestado.

La cuarta beca a la que había aplicado era el Programa de Erasmus Mundus AstroMundus (http://www.astromundus.eu). Éste era el que yo más quería, pues era una beca completa, y tenía la particularidad de que cada semestre se podía estudiar en diferentes universidades en Europa.

Finalmente, en julio 2013, Guatefuturo me avisó que el préstamo se me iba a otorgar. WOW. ¡Iba a poder estudiar en Europa, en Finlandia! Sin embargo, la vida da tantas vueltas: el día siguiente (no les miento, realmente fue el día siguiente) AstroMundus me avisó que me habían otorgado la beca completa. ¡No podía creerlo! Nunca voy a olvidar ese día. Mi sueño, desde que tenía 10 años, iba a volverse realidad.

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En Nordkette, una cadena montañosa de los Alpes en Innsbruck, Austria.

El programa de maestrías (en inglés) AstroMundus es un consorcio de 5 universidades europeas: la Universidad de Innsbruck (Austria), la Universidad de Padova y la Universidad de Roma Tor Vergata en Italia, la Universidad de Belgrado (Serbia) y la Universidad de Goettingen (Alemania). ¿Se imaginan esa locura? ¡Todas las culturas y lugares que se pueden conocer en 2 años!

En Septiembre 2013 llegué a Innsbruck, donde me enteré que de 138 estudiantes que aplicaron al programa, yo estaba entre los 16 elegidos. Mis compañeros y yo éramos una mezcla completa de nacionalidades: un italiano, una griega, una húngara, una turca, un nepalés, un esloveno, un inglés, una serbia, una armenia, un estadounidense, un croata, una venezolana, dos mexicanos, un chileno y una guatemalteca (yo).

Mi ruta fue la siguiente: de Septiembre 2013 a Febrero 2014 estuve en Innsbruck. En Marzo 2014 fui a Roma a hacer mi segundo semestre hasta Septiembre 2014. En Octubre 2014 empecé mi tercer semestre en Göttingen, terminando en Marzo 2015; y mi último semestre (el de la tesis) lo hice en Innsbruck.

En esos dos años de maestría aprendí muchísimo sobre Astrofísica, de hecho, escribí mi tesis sobre las dos cosas que me parecían más difíciles antes de entrar en la maestría: la correlación entre la masa de los agujeros negros y la masa de los halos de materia oscura. ¡Jamás habría imaginado hacer eso cuando aún estaba en la Licenciatura! Ni en mis sueños más locos…

Sin embargo, creo que lo que más aprendí fue a adaptarme a diferentes culturas, personas y lugares. ¿Se imaginan estarse mudando cada 6 meses de país a país? Haces amigos en un lugar y en menos de un semestre les dices adiós y debes hacer nuevos amigos. Debes buscar alojamiento cada semestre. Te expones a nuevos idiomas cada semestre. Es básicamente un curso de supervivencia que dura 2 años, y encima de eso, aprendes sobre cómo funciona el Universo. No sé ustedes, ¡pero a mí eso me parece genial!

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Frente al Coliseo Romano 🙂 🙂

En dos años crecí como persona, como científica y como mujer. Viví la mejor experiencia de mi vida. Me enseñó muchísimo sobre mí y sobre lo que puedo aguantar y superar. No es fácil, estás lejos de tu familia, de tus amigos de toda la vida, del clima perfecto de Guatemala, ¡de la comida! Pero créanme, vale la pena si estás luchando por lo que tus sueños.

Quiero finalizar mi post con una buena noticia. Erasmus Mundus cuenta con 97 programas de maestría en diferentes áreas: Agricultura y Veterinaria; Ingeniería, Manufactura y Construcción; Humanidades y Artes; Ciencias Sociales, Negocios y Leyes; Salud y Bienestar; y Ciencias, Matemática y Computación. ¡Todos los programas incluyen becas completas! Para más información, visita: https://eacea.ec.europa.eu/erasmus-plus/library/scholarships-catalogue_en y mucho OJO, ¡que algunos programas aceptarán aplicaciones hasta Enero 2017!

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Göttingen, Alemania.

Mi camino hacia la aventura de la Astrofísica

Antes que nada, me presento. Mi nombre es Kristhell Marisol López, tengo 28 años y soy  originaria de Guatemala. Desde pequeña he sentido atracción hacia la Astronomía (y Astrofísica), aunque esta atracción empezó con mi sueño de ser una astronauta. Mi sueño cuando era niña era trabajar en la NASA. De hecho, mis compañeros del colegio aún me recuerdan con ese detalle.

Después de investigar lo que se necesita para ser astronauta, me di cuenta que no era lo mío. Principalmente por mi pánico a las montañas rusas, así que no me quiero ni imaginar lo que me pasaría en una nave espacial. Sin embargo, mi pasión por la Astronomía no se apagó nunca, y cuando cumplí 17 años y debía elegir mi carrera universitaria, elegí estudiar Licenciatura en Física.

Sabía que estudiando esta carrera mis probabilidades de estudiar una Maestría en Astronomía en el extranjero serían mayores. Después de 4.5 años me gradué de la carrera y, honestamente, estaba totalmente agotada. Debo decir que Física no es una carrera fácil ni sencilla. Los años de universitaria me consumieron, especialmente por ser la única mujer estudiando esa carrera.

Decidí tomar un descanso del estudio, y empecé a trabajar en mi Alma Mater como catedrática de cursos para alumnos de primer y segundo año. Admito que aprendí muchísimo, y la experiencia me gustó bastante. Sin embargo, yo seguía con el deseo de tener una carrera en Astronomía, no quería sólo ser catedrática.

Empecé a investigar acerca de los programas de maestría, y vi que varios ofrecían becas completas. Yo sabía muy bien que ésa iba a ser la única manera de poder estudiar. Yo no vengo de una familia con muchos recursos, así que pagarme mis estudios no era posible. Noté que en muchas de las aplicaciones para las maestrías en Astrofísica uno de los factores en el que hacían énfasis era listar las actividades astronómicas que el aplicante (es decir, yo) había realizado en su país.
Momento. ¿Actividades astronómicas? ¿Yo? ¿En un país donde la Astronomía no es esencial ni puede estudiarse como carrera profesional? Tuve que empezar a buscar cómo involucrarme en actividades astronómicas. Gracias a Dios, la jefa que tenía en ese entonces (Dr. Zaidy Urrutia) siempre tomó en cuenta mi interés en Astronomía. En el año 2012, me sugirió fundar un Club de Astronomía en la universidad, y organizar charlas para los estudiantes acerca de temas astronómicos y observaciones astronómicas. Después de un año, dejamos a los estudiantes a cargo del Club.
¿Recuerdan que en el año 2012, se volvió muy popular el rumor de que el mundo iba a acabarse porque los Mayas lo habían «predicho»? Tomás Barrientos, director del Departamento de Arqueología en la universidad, empezó a organizar el primer Congreso de Arqueoastronomía en Guatemala. Tomás solicitó ayuda a Zaidy (directora del Departamento de Física) para contactar e invitar astrónomos internacionales a dar conferencias en el congreso. Zaidy rápido pensó en mí y me dejó encargada del área de Astronomía para el congreso.

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Astrónomos, arqueólogos y algunos asistentes al Congreso de Arqueoastronomía frente a la estela E, la más alta del sitio arqueológico maya Quiriguá.

Debo decir que este evento cambió mi vida. Conocí a muchos astrónomos con los que aún mantengo contacto, y me dio la oportunidad de contar con 2 cartas de recomendación muy buenas que me ayudaron a estudiar la maestría que tanto deseaba. Más detalles de esta etapa de mi vida vendrán en un próximo blog.

También en el año 2012 se dio el especial evento del Tránsito de Venus. Clubs de Astronomía de varias universidades unieron fuerzas para organizar una observación masiva del evento. Meses después, fui invitada a la Universidad Autónoma de Honduras a participar en un viaje arqueoastronómico a Copán. Para terminar el año, fui invitada a dar una charla en Museo Miraflores (Guatemala) para desmentir el rumor del fin del mundo.

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En Copán, donde fui invitada para un viaje arqueoastronómico, con los estudiantes del arqueoastrónomo Arnulfo Ramírez.

Todas estas actividades me ayudaron a crear un currículum vitae más apto para solicitar y finalmente obtener una beca para estudiar la maestría en Astrofísica. Mi perfil logró estar al nivel de estudiantes extranjeros en cuyos países la Astrofísica está muy desarrollada; lo cual para mí es irónico, puesto que vengo del país donde floreció la Astronomía Maya.

Quiero terminar este post con 2 factores que para mí fueron clave en mi aventura: 1) Si no se está lista/o para seguir estudiando, no tener miedo de tomar un tiempo para recuperarse del estrés universitario y además, ganar experiencia laboral. 2) Revisar las actividades extracurriculares que son importantes en las aplicaciones del post-grado en el cual una/o está interesada/o y buscar (o crear) oportunidades para realizarlas y así, construir un currículum vitae con más probabilidades de éxito.