¿Por qué las leyes para las madres trabajadoras no toman en cuenta las recomendaciones de la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) para asegurar el máximo beneficio y salud del niño (a)? ¿Por qué una mujer debe elegir entre ser madre o ser profesional? ¿Cuántas mujeres talentosas podemos estar perdiendo porque ellas no pueden trabajar ya que deben cuidar a sus hijos? ¿Cuántos médicos, enfermeras, ingenieras, artistas, economistas? ¿Cuántas?
Son algunas de las preguntas que se harán luego de leer el artículo escrito por Enma Marín: médico Peruana, madre y también mentora y representante de Ekpapalek Mujeres.
(http://www.ekpapalek.com/programa-mujeres)
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Cuando tenía 16 años, tomé dos decisiones: un día me convertiría en madre y también en médico. Eso planeé hacer con mi vida.
Tuve que estudiar durante casi 8 años para convertirme en médico. Después, estudié durante un año más para conseguir un posgrado, además tomé otros cursos para aprender más sobre mi carrera. Así que cuando tuve 30 años me convertí en madre, en madre soltera. Yo pensé que estaba lista. Tenía 3 trabajos, una familia que me apoyaba (mi madre y especialmente mi padre), una “buena cuenta bancaria”. Al final, a pesar de todo el esfuerzo profesional y soporte con el que podía contar fue en vano, debido a las injustas e inadecuadas leyes laborales regentes.
En Perú, si eres mujer y tienes un contrato “oficial” con tu empleador por al menos 6 meses, tienes (o “ganas”) el derecho a licencia por maternidad, el cual te da derecho a 98 días de licencia (Sí, días!) prenatal, natal y post natal (pagados).
En este escenario la mayoría de mujeres prefiere seguir trabajando de manera continua prácticamente hasta la fecha próxima al parto, generalmente uno o dos días antes, y solo entonces empiezan a utilizar sus 98 días de licencia. Es decir juntan su derecho prenatal, natal y post natal, en un solo periodo para poder pasar más tiempo con él bebe. Esto significa que una madre tendrá que dejar a su bebe de aproximadamente 3 meses de edad solo en casa, para el tiempo en que la licencia haya terminado. No hay diferencia si él bebe nace con necesidades especiales, si nace de manera prematura, o con alguna enfermedad congénita; la licencia es la misma para todos.
Cuando regresas al trabajo luego de estos 98 días de licencia, tienes derecho a “Una hora de lactancia” al día hasta que tu bebe cumple un año de edad. Esto quiere decir que puedes ingresar a tu centro de trabajo una hora más tarde o irte una hora más temprano. Entonces, si tu horario de trabajo es de 8 am a 5pm, puedes escoger ir de 9 am a 5pm o trabajar de 8 am a 4pm.
Esta es la ley laboral actual en relación a maternidad en mi país. Pero debes considerar que solo aplica SI tú tienes un contrato oficial con tu empleador y cumples más de 6 meses de contrato con él. Si tú no tienes un contrato oficial o no cumples el periodo de tiempo previo necesario, entonces simplemente no tienes acceso a ninguno de estos beneficios.
Bueno, yo no trabajaba bajo ningún “contrato oficial”. El Hospital para el que laboraba, que pertenecía al Ministerio de Salud, me pagaba por “productividad” (contrato por “terceros” o “Por recibo por Honorarios” como conocerán algunos) de esta manera yo no tenía ningún contrato formal con el hospital. Así que tampoco tenía derecho a licencia por maternidad, ni permiso para acudir a mis citas para control prenatal y trabajaba sin derecho a licencia por enfermedad por la gestación o por otra circunstancia. De hecho, me caí cuando estaba en el 8vo mes de gestación y tuve que ir a trabajar al día siguiente. Trabajé hasta el 13 de diciembre, ya que mi cesárea estaba programada para el 14 de diciembre. Después del parto por cesárea, tuve 15 días para estar con mi bebe, recuperarme de la cirugía. Al término de estos 15 días tuve que contratar a una niñera para que cuide de mi hijo, que aún era un recién nacido.
Yo deseaba brindarle lactancia materna exclusiva a mi hijo por al menos 6 meses para lo cual tuve que recurrir a un extractor de leche (saca leche manual). Extraje mi leche en cada tiempo libre que tuve en casa. En el trabajo simplemente no podía hacerlo ya que no había ningún ambiente adecuado para madres en lactancia ni para extraerse la leche. Los primeros 3 meses como madre, solo pude dormir unas 4 horas al día, 6 con suerte; y tuve que dejar uno de mis trabajos. Sentí que esto fue injusto considerando que cada trabajo que tenía consistía en una parte de mi desarrollo profesional, así como en cada uno tenía pacientes por los cuales me interesaba y cuyos casos me preocupaban. Pero debía tener en cuenta que ahora era mamá, y mi hijo era la prioridad en mi vida.
A pesar de los sentimientos de pena, tristeza, desconfianza y TEMOR de dejar a mi bebe recién nacido en casa con una “extraña” – no interesan las excelentes recomendaciones que se tengan para cambiar el hecho de que la “Niñera” es una “extraña”- el dolor de mis pechos en lactancia llenos de leche que no podía extraer en horario de trabajo, y el cansancio constante por no poder dormir continué trabajando para conseguir mi sueño:
ser madre y ser profesional
Lo peor que pudo pasarme fue cuando me enteré que mi jefa esperaba que yo “compensará” a la institución por esos 15 días que había pasado en casa con mi bebe luego de mi cesárea. Esto significaba que por un periodo de 2 meses debía realizar un turno de 8 horas cada sábado. Siempre y siempre recordaré cuando el Jefe de Personal, y mi jefa, y claro también la Jefa de la Unidad de Logística me dijeron:
“Dra. Marín, en el mes de Diciembre nosotros le pagamos el mes completo, es decir por la producción completa del mes, así que usted debe “regresar” las horas que no trabajo en los meses siguientes”.
Me sentí maltratada y humillada, y en ese momento quise llorar, pero recordé una de las frases de mi padre: “No muestres debilidad delante de personas que tienen mayor cargo que tú pero menor preparación académica. Un día tu serás una SUPER ESTRELLA, triunfarás, y ellos estarán en el mismo cargo sin avanzar, así que no les des el placer de hacerte sentir inferior porque no lo eres!”. Así que no lloré.
De modo que hasta que mi bebe tuvo 6 meses de edad, apenas dormí. Trabajé como médico, atendí a mis pacientes, trabajé con mi padre (Medico Traumatólogo y Cirujano Ortopedista) como su asistente en sala de operaciones, jugué y estimulé a mi bebe, llevé a mi hijo a todos sus controles regulares y vacunas. Fui madre y fui médico, ambas funciones las sigo cumpliendo hasta ahora y hasta ahora apenas tengo tiempo para dormir. Este ha sido mi sueño desde siempre, y estoy feliz de estarlo logrando y orgullosa de mi misma por luchar por él.
Esta es la realidad de las leyes laborales para madres trabajadoras en mi país. Las mujeres que no tienen contratos, ni tienen dinero para costear niñeras y que no cuentan con el apoyo de sus familias; se encuentran ante la difícil decisión de: dejar de trabajar o dejar a su bebe en un “cuna” o “nido” (un establecimiento donde puedan cuidarlo en sus horas de trabajo) para seguir trabajando. Se debe tener en cuentas que estas “cunas” tienen un costo que es asumido por la madre y/o el padre del bebe. A mayor el costo del servicio de la “cuna”, mejor y más seguro es para él bebe. Si, aunque suene como una película de terror, lamentable y tristemente, es la realidad.
Me gustaría citar un ejemplo que pude observar directamente hace aproximadamente 7 años, para ejemplificar como es una “cuna” de bajo costo en nuestro país:
El Club Rotary de la ciudad de Huacho (donde resido) donó pequeñas sillas y mesas de madera para una “cuna” localizada en un distrito de la ciudad de escasos recursos económicos. Colaboré en el transporte de estas sillas y mesas. Al llegar al local encontré que los niños jugaban y permanecían en el suelo, el cual estaba conformado por tierra húmeda y endurecida; las paredes estaban hechas de madera reciclada y cubierta por plástico (para proteger del viento) y no contaban con agua potable, y mucho menos contaban con juguetes. Esta “cuna” cuidaba alrededor de 15 niños y niñas entre los 2 a 4 años de edad, sin ningún costo económico (gratis) para sus padres en horario de 8 am a 2 pm. ¿El cuidado y educación para esta edad tan sensible y frágil debe estar en una situación tan paupérrima? ¿Cómo se sentirán estas madres trabajadoras al dejar ahí a sus hijos todos los días?
Finalmente, me gustaría dar énfasis en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que todos los niños deben recibir LACTANCIA MATERNA EXCLUSIVA durante los primeros 6 meses de su vida. Esto quiere decir: ninguna otra comida ni bebida debe ser dada al bebe, solo la leche materna. Luego de los 6 meses se da inicio a las comidas sólidas (ablactancia) acompañada de lactancia materna de ser posible hasta los 2 años de edad.
La lactancia materna exclusiva ha sido asociada a la reducción del riesgo de infecciones gastro intestinales y otitis media, así como reduce el riesgo de obesidad y alergias en niños. También están los beneficios en relación a la mejora del desarrollo emocional del niño.
Entonces, porque las leyes para las madres trabajadoras no toman en cuenta las recomendaciones de la OMS para asegurar el máximo beneficio y salud del niño (a)? ¿Por qué en Perú una mujer debe elegir entre ser madre o ser profesional? ¿Cuántas mujeres talentosas podemos estar perdiendo porque ellas no pueden trabajar ya que deben cuidar a sus hijos? ¿Cuántos médicos, enfermeras, ingenieras, artistas, economistas? ¿Cuántas? ¿Esta es la sociedad que nosotras, como mujeres peruanas, queremos?
Soy Peruana, madre y profesional y no, yo no quiero renunciar a ninguno de mis sueños; ni que otras mujeres deban hacerlo.