Experiencias de una estudiante internacional de posgrado en Australia
Embarcarse a estudiar en un país diferente al nuestro representa sin duda alguna un enorme desafío, pero también se constituye en una oportunidad magnífica en la que nos empapamos de inconmensurables únicas experiencias que nos abren los ojos a una nueva realidad, dando lugar a un perenne proceso de aprendizaje sobre la manera en que vemos el mundo y nos relacionamos con los demás.
Esto es posiblemente muy bien sabido por muchos, sin embargo, mis vivencias me han revelado casi como una serendipia, que cuando estudiamos en un país tan culturalmente diverso, además de cosechar extremadamente ricas experiencias académicas, el crecimiento profesional y personal se ven colosal y sempiternamente potenciados.
Después de casi dos años de comenzar mis estudios de posgrado en la Universidad de Queensland, y especialmente luego de vivir en Brisbane – una ciudad que terminé amando como propia y donde no solamente la multiculturalidad, sino que por sobre todo la interculturalidad como proceso de comprensión, enriquecimiento y valoración entre diferentes culturas es celebrada en un marco de interdependencia e igualdad que dominan y dinamizan la naturaleza social de este etéreo pedacito de la inmensa Australia – puedo dar testimonio de como mi carrera profesional se ha catapultado a partir de todo este vaivén cultural al igual que mi apertura para ser parte activa del mismo, desarrollando yo misma un ininterrumpido ciclo de nutrición bidireccional entre profesión y cada vez mayor participación e involucramiento.
Al ser mis estudios de posgrado el objetivo principal de mi venida a Australia, formar parte de toda la movida intercultural de esta ciudad y representar orgullosamente aquí a mi país, ¡si, a Paraguay! era en un principio una muy remota posibilidad que más temprano que tarde o quizá en el momento exacto se volvió una de las más hermosas y enriquecedoras realidades de mi pasar por este maravilloso país.
Desde ese momento, toda mi vida dio un giro que dejaría sus huellas para siempre en mi formación y desarrollo profesional, de hecho, embeber mi presencia en la interculturalidad ha consolidado y fomentado de forma exponencial una serie de competencias interpersonales hoy altamente demandadas por el mercado laboral y a la vez imprescindibles para el desarrollo de una sana convivencia en una sociedad cambiante.
Todas esas aptitudes y actitudes las explico a continuación, así nos enteramos de cuanto tiene la interculturalidad para enriquecernos a tod@s:
- Tolerancia. Es uno de los valores de mayor importancia para la construcción y desarrollo de una sociedad pacífica, justa y llena de respeto. La interculturalidad hace a un@ vivir la experiencia del aprendizaje mutuo, la belleza de la empatía de los unos por otros, los diferentes saludos y sus formas o las hermosas maneras de decir gracias. ¿Y quién no desearía un ambiente laboral con estas características?
Mi estadía en Australia hizo posible que además de redescubrir el sentido de tolerancia en niveles interculturales, lo reaprenda, lo nutra y practique diariamente ya sea en la calle, en el supermercado, en el parque o en la universidad.
La vivencia intercultural sin dudas nos prepara, entrena y fortalece para ser parte de una organización donde la comprensión entre colegas y el sentimiento colaborativo estén a la orden del día, ya que son esas actitudes de bonhomía las forjadas por la convivencia en medio de una alta diversidad e interrelación de culturas.
Este enriquecimiento permitió convertirme increíblemente ¡en modelo multicultural de una organización que promueve la multiculturalidad a través de la exhibición de trajes típicos en desfiles donde he tenido el honor de presentar al público toda la sublimidad y elegancia del ñanduti (artesanía emblema del Paraguay) bordado por una humilde y talentosa artesana paraguaya, además de apreciar el encanto de las vestimentas tradicionales de más de 50 países de todo el globo!
Representando a Paraguay en el desfile multicultural organizado en Brisbane
- Capacidad de desarrollar interrelaciones y conexiones. Partiendo del hecho de que hasta antes había sido una persona de bajo perfil y hoy me constituyo en una profesional que venció la timidez y la inseguridad (en realidad lo sigo haciendo), puedo decir con certeza que la dinámica intercultural es una catalizadora de nuestras habilidades para relacionarnos con l@s demás.
Interactuar con personas de diferentes costumbres, creencias y formas de pensar representa una fuerza poderosa que nos saca del molde para siempre, nos impulsa y anima en lo que se refiere a relacionarse y crear conexiones sociales y profesionales. No solo se logra un entendimiento por un canal común como el idioma – que de hecho alcanza niveles de mejoría enormes – sino que se construye un proceso sistemático de comprensión de las emociones y estados de otros de manera a adecuar los mensajes que emitimos a nuestros interlocutores.
En definitiva, la interculturalidad se convierte en un puente al éxito en la atmósfera profesional ya que las entrevistas para postular para algún cargo o empleo, los trabajos en equipo y los resultados de las diferentes tareas son solamente positivos. En mi caso y justamente luego de pasar por entrevistas, fui seleccionada como parte de un grupo de 40 estudiantes bajo la denominación de embajadora internacional de Study Brisbane en el marco del programa Brisbane International Student Ambassador que atesora la interculturalidad imperante en el colectivo de más de 70 mil estudiantes internacionales que escogimos Brisbane como nuestro destino académico.
Ceremonia de nombramiento de estudiantes embajadores con el Alcalde de la ciudad de Brisbane, Graham Quirk
También fue posible que integre el grupo de estudiantes embajadores de la asociación de estudiantes de posgrado de la universidad, ser parte del Consejo de estudiantes internacionales de Australia (CISA en inglés) como asistente ejecutiva de la cartera de estudiantes de posgrado de todo este país y formar uno de los equipos de trabajo del Foro de de estudiantes internacionales de Brisbane.
Incluso mi postulación a cargos como voluntaria en diferentes organizaciones fueron exitosas gracias a las dotaciones de desenvolvimiento social generados por la interculturalidad, los cuales me concedieron la oportunidad de participar en el rol de administradora y registradora de eventos, cobertura de contenido para redes sociales, guía o ayudante con un muy elevado nivel de interacción con diferentes personas.
- Capacidad de adaptación y resiliencia. Estas son aptitudes fundamentales en nuestro tiempo para hacer frente a los constantes e imprevisibles vientos cambiantes en el trabajo, la universidad o la misma sociedad. Vivir fuera de mi país claramente me hizo una persona más fuerte, ya que estando lejos de la familia, de los amigos y de todo lo conocido, los momentos en que un@ siente que todo se viene abajo no están ausentes.
Mi convivencia diaria con compañeros de diferentes países en las clases y los grupos de trabajo, los juegos de roles, los equipos de estudio y las nuevas amistades internacionales cosechadas me convirtieron en alguien plenamente capaz de adaptarse a distintas realidades y ser flexible a la hora de afrontar resultados y rehacer las tareas, y por sobre todo, me permite desarrollar continuamente la capacidad de resiliencia para recuperarme fácilmente cuando las cosas no salen como las espero o busco la forma de resolver un problema.
Es para mi asombroso poder integrarme también con amigos y profesores australianos como en el caso del equipo de investigación de la universidad para el que fui seleccionada este verano como coautora y becaria, en el que me aseguro de explotar al máximo la capacidad de adaptación adquirida para observar, comprender y trabajar en coordinación con ellas.
Liderazgo y Creatividad. La interculturalidad directamente va modelando ese rol de líder y la capacidad intrínseca del mismo de convertirse en influencia y ejemplo para otros, alcanzado un estado en el que el éxito de uno mismo sea medido por el éxito de otros.
Es justamente este perfil, el que redescubrí a través de mis experiencias interculturales que me permitieron ser hoy parte del grupo de mentores profesionales de Ekpapalek, estudiante internacional líder parte de Study Queensland, voluntaria y estudiante líder de la Universidad de Queensland, mentora y guía para nuevos alumnos y revisora junior de artículos de una revista científica de una universidad internacional. Todos ellos roles en los que mi trabajo y esfuerzo significan contribuir con otros, recibir colaboración y retroalimentación para que progresemos juntos hacia algún objetivo marcado.
Con todo esto no es difícil que la creatividad se asome por nuestra ventana. Estar rodeados de relaciones interculturales y cumplir una función dentro de ella hace que desarrollemos alternativas a lo tradicional, es como recibir un impulso para no ser lineales todo el tiempo que incluso nos demuestra que diferentes culturas y hábitos se complementan perfectamente y todo ese proceso y el resultado son inefablemente funcionales, ricos y sinérgicos.
Y si lo analizamos con más detalle nos damos cuenta que además de toda esa empleabilidad potenciada, estar sumidos en la interculturalidad significa también un crecimiento personal exponencial en el que se rompen paradigmas, se conquista exquisitamente la independencia abandonando maduramente esa zona de confort y se alcanza la autorrealización y la satisfacción individual, al tiempo que el intercambio cultural se vuelve la atmósfera en el que un@ aprende a ponerse en el lugar del semejante y ver a través de los ojos del otro con un arraigado y potente sentido de comunidad.
Un@ adquiere mayor confianza en si mism@ para construir redes y desarrollar relaciones sociales y aún más importante, hace a un@ valorar superlativamente la cultura propia buscando el aprendizaje y entendimiento de la identidad nacional y la idiosincrasia para difundirla con responsabilidad e incontenible orgullo.
Lo que vamos adquiriendo a lo largo de la aventura de la multiculturalidad e interculturalidad no puede ser encontrado en libros, formulas o recetas. Estudiar y vivir interculturalmente nos transforma, nos subleva contra nuestra identidad anterior, que, en comparación a esta nueva, queda como incompleta o inconclusa ya que, como la aurora, nos redefinimos y dejamos nacer a una nefelibata persona global con los pies en la tierra.
Todo esto es conocer el mundo activamente en un solo lugar en donde siempre hay algo nuevo que aprender de los demás y algo que dar que a alguien más – y es esto lo que define el verdadero éxito que todos podemos alcanzar – porque somos seres iguales con pensamientos y vivencias diferentes. Y son estas diferencias las que a través de la inclusión, equidad e integración cultural aportan el valor a la vida y nutren nuestro aprendizaje sobre lo que es vivirla.