Síndrome del Impostor, ¿cuánto nos afecta?

Hace un par de semanas conversaba con una gran amiga y le manifestaba la incomodidad que a veces siento cuando alguien me dice: Has logrado mucho, eres una gran profesional y tan joven!

No debería sentirme incómoda pero la incomodidad viene de la pregunta interna que me hago: “¿Me lo dicen en serio?” “¿Realmente he logrado tanto?” “¿Realmente he sido yo la que lo logró?”

Manifesté estas dudas que tenía y mi amiga me dijo: “ESO SE LLAMA SÍNDROME DEL IMPOSTOR, y es común en todas las mujeres”.

Jamás había oído sobre el tema así que decidí leer y traer un poco al respecto al blog de Ekpapalek.

El Síndrome del Impostor es un fenómeno psicológico en que la gente es incapaz de internalizar su logros (OJO, NO ES UNA ENFERMEDAD MENTAL!). El término fue utilizado por primera vez por dos psicólogas Pauline Clance y Suzanne Irnes, allá por 1978.

El Síndrome del Impostor se aplica a aquellas personas que tienen un logro, han merecido un reconocimiento o tienen un tangible éxito; como por ejemplo: el poder ser independiente, el destacar profesionalmente, ser reconocido por colegas profesionales, ser admirado por otros y tomado como modelo, entre otras “señales” que te indican “Si, tú, tú eres un éxito”, pero que sin embargo están continuamente desmereciendo sus logros y creen que “están engañando a las personas”  o que las personas están “exagerando” sus logros, presentan también una duda constante de su capacidad y atribuyen su éxito a cualquier otra razón excepto a ellos mismos. Frases como:

  • “Todo ha sido cuestión de suerte”

  • “Realmente no soy tan bueno como todos creen”

  • “La verdad es que no sé tanto del tema como piensan”

  • “Un día voy a equivocarme y todos ‘verán’ lo que realmente soy”

Son frases que podrías estarte repitiendo si padeces de este síndrome.

¿Por qué?

En un principio, allá por los años 70 y 80 se describió como un síndrome característico o prevalente de mujeres exitosas que atribuían su éxito a la suerte, a la belleza física, a sus influencias en el medio o a la consideración que otros podían tener sobre ellas en su situación de “ser mujeres”, pero actualmente se describe como un síndrome que puede afectar a ambos sexos.

Este síndrome está relacionado a la ansiedad, a la depresión, a la falta de autoconfianza, baja autoestima o incluso a la frustración que podemos sentir al no poder cumplir con los estándares o metas que nosotros mismos nos imponemos.

En un estudio realizado por Evaristo Fernandez y José Bermudez en un grupo de estudiantes universitarios, encontraron que en aquellos estudiantes afectados por el síndrome del impostor al verse en un estado de ser “desenmascarados como lo que realmente son” y “no ser merecedores del triunfo o reconocimiento”, invierten más tiempo y esfuerzo en evitar el fracaso y evitar así también la desaprobación de los demás.

Si este síndrome nos puede impulsar a alejarnos del fracaso, entonces surge la pregunta: ¿Por qué es malo? Pues por lo que describe la psicóloga Valerie Young, que estas personas en su constante esfuerzo pueden llegar con el tiempo a tomar dos posturas:

Postura a: Rendirse. Cómo te sientes en un puesto de éxito o situación de triunfo que crees realmente no merecer, pues prefieres ya no escalar más. Considerando además el esfuerzo que supone el sobre-esfuerzo (innecesario) para buscar la aprobación ajena y mantener a “todos convencidos de que eres capaz”.

Postura b: Compensación excesiva. Al tener un supuesto de “incompetencia” en sus propia capacidad y éxito se sobre exigen extremadamente, no solo para lograr sus expectativas sino para cubrir las de los demás. La exigencia, rígida, perfeccionista, sin opción al error, desencadena diferentes consecuencias en el desarrollo personal y solo lograr acarrear mas inseguridad.

¿Qué es el éxito?

El éxito, para mi hermano y mi cuñada, representa el haber terminado la especialidad médica y estar prontos a formar una pequeña empresa médica.

¿Cómo enfrentarlo?

En Ekpapalek siempre buscamos EMPODERARTE, que seas consciente de tus habilidades, capacidades y también de TU ÉXITO. El éxito debe ir acorde con tu percepción de éxito y de tus metas, y no lo que OTROS dicen que es el “tener éxito”.

Si tener éxito para ti es tener un trabajo, ser valorado en él, manejar tus tiempos y poder seguir aprendiendo de lo que más te gusta, PUES LO LOGRASTE! No tiene porque alguien venir a decirte que: “te falta la casa propia, el auto del año o la empresa trasnacional”.

A veces el éxito puede estar en ganar “esa” beca, ir al país que siempre quisiste a estudiar y quedarte en el laboratorio o Universidad de tus sueños a trabajar por siempre; mientras que para otros eso no será más que el inicio de su camino y aún estarán en la búsqueda de algo más como conseguir otra beca, hacer el gran descubrimiento científico y porque no, hasta formar una familia.

El Síndrome del Impostor nos puede afectar a todos, y podemos terminar con él en la medida que seamos abiertos a admitir nuestros temores, emociones, capacidades y plantearnos metas verdaderas que esten acorde a lo que deseamos vivir y aspiramos a tener. Es importante recordar que el éxito es un concepto subjetivo, y que lo que implica «ser exitoso» no puede aplicarse de manera uniforme a todos.

¿Qué es el éxito?

El éxito para otros puede estar reflejado en la formación de una familia, de convertirse en madre, de adoptar un niño, o sólo convertirse en una excelente tía.

 

Bibliografía utilizada:

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